Cada 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón, una fecha que busca generar conciencia sobre la importancia de cuidar este órgano vital y prevenir las enfermedades que lo afectan. Las estadísticas confirman que se han convertido en la principal causa de decesos en el mundo.

Según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en Colombia, las enfermedades isquémicas del corazón son la principal causa de muerte, con 14.964 fallecimientos reportados solo hasta abril de 2024, representando un incremento preocupante en la salud pública.

El cardiólogo Miguel Urina advierte que la clave para proteger el corazón radica en los hábitos de vida saludable desde una edad temprana.

“Lo más importante para cuidar no solamente el corazón, sino todo el cuerpo humano, tiene que ver con los hábitos de vida, o lo que llaman en inglés lifestyle, desde muy temprana edad. Esto incluye buenas prácticas higiénico-dietarias, hacer ejercicio regularmente, manejar el estrés y la ansiedad, y acudir a chequeos médicos periódicos para detectar posibles problemas de salud”, explicó.

Las estadísticas desde los últimos tres años han sido alarmantes. En 2023, las enfermedades isquémicas del corazón siguieron siendo la primera causa de defunción en Colombia con 45.465 casos. Asimismo, para el 2022, después de pandemia, las enfermedades cardíacas, se convirtieron en la principal amenaza para los colombianos, cobrando más de 70.000 vidas en los 12 meses de ese año.

En ese sentido, el médico Urina indica que, aunque las cifras sean alarmantes muchos de estos factores de riesgo son prevenibles.

“El aumento del colesterol, el sedentarismo, el fumar y el sobrepeso son factores que inciden en la aparición de enfermedades relacionadas con el corazón. No hay que esperar a que aparezcan síntomas para ir al médico, eso debe ser desde antes. Si uno en la familia tiene antecedentes de familiares que hayan tenido enfermedades cardiovasculares, es obligatorio que después de los 18 años, todo adulto joven acuda por lo menos a una cita médica para que sea evaluado”, aseguró el cardiólogo resaltando que la prevención y la intervención temprana son fundamentales para salvar vidas a futuro.

Según Urina, los síntomas de enfermedades cardiovasculares no siempre son evidentes y suelen incrementarse a medida que la enfermedad progresa.

“Los síntomas cardiovasculares aparecen en la medida que incrementa también el compromiso por la enfermedad cardiovascular. Muchos de ellos tienen que ver con aumento de la presión arterial, presencia de trastornos del ritmo cardíaco, como puede ser la taquicardia, hinchazón en las piernas, en los miembros inferiores por acumulación de líquidos, dificultad para respirar al caminar, son entre otras algunas de las manifestaciones que puede tener un paciente con enfermedad cardiovascular”, señaló.

Ante esto, Urina advirtió sobre la importancia de no ignorar estos síntomas. “No hay que esperar a tener un infarto para irme a medir el colesterol. Hay cosas que hacen parte del control médico y chequeo habitual. Si yo sé que yo tengo exceso de peso, sobrepeso, mi talla es 1.70 y yo peso 100 kilos, yo debería pesar 70, eso es otro hallazgo que, aunque no produzca todavía síntomas hay que poner la atención. Además, si yo no hago ejercicio y todo el día me la paso sentado también es otro factor de riesgo, es decir no hay que esperar a que la enfermedad aparezca”, recalcó.

En ese orden de ideas, la educación en salud cardiovascular debe empezar desde la infancia. Urina subrayó la importancia de enseñar buenos hábitos desde pequeños: “Es importante trabajar con las escuelas, dar información al niño y a la familia en su entorno. Que la lonchera sea nutritiva, que aprendan que fumar es malo y que además de eso valoren la importancia del ejercicio y el contacto con la naturaleza”.

Además de la actividad física, una alimentación balanceada es esencial para la salud cardiovascular, es por eso que Urina recomienda una dieta “cardio-saludable” que incluya “cinco porciones de frutas y cinco de verduras al día y evitar el exceso de azúcar y carbohidratos”, que son comunes en la dieta de los colombianos.

Finalmente, el cardiólogo destacó la estrecha relación entre la salud mental y el bienestar cardiovascular. “La depresión, la ansiedad y el estrés van de la mano y pueden contribuir a la aparición de más complicaciones durante la enfermedad cardiovascular. Un paciente con depresión no funciona igual que uno que está alegre; por eso es importante identificar y tratar estos trastornos”.

Queda claro que el Día Mundial del Corazón es una oportunidad para recordar la importancia de cuidar nuestro órgano vital y adoptar hábitos que nos protejan de las enfermedades cardiovasculares. La educación, la prevención y la atención médica oportuna son fundamentales para reducir la carga de estas enfermedades que afectan a millones de personas en todo el mundo. Como señala el Dr. Urina, “no hay que esperar a que la enfermedad aparezca”; el momento de actuar es ahora.